Este martes 9 de Marzo de 2021, a los sesenta y seis años ha fallecido en Bulgaria el profesor Georgi Raikov, víctima de complicaciones asociadas a la pandemia de Corona Virus que azota a toda la humanidad.
El profesor Raikov en sus casi dos décadas en el país mantuvo una estrecha relación con la comunidad matemática chilena, llevando a cabo en Chile parte de su actividad científica y docente. Su primera estadía en nuestro país, como profesor visitante la realizó en el Departamento de Matemática de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile en los años 2001-2002. En ese mismo lugar se incorporó, como profesor asociado, en agosto de 2002, para integrarse a la Facultad de Matemáticas de la Pontificia Universidad Católica de Chile en agosto de 2006, donde, en reconocimiento a su valor como investigador, fue promovido a la categoría de profesor titular, en mayo de 2012.
Previamente, Georgi se había forjado un importante reconocimiento internacional por su investigación, reflejada en la publicación de más de 80 trabajos en las áreas de la Física Matemática y Ecuaciones Diferenciales Parciales. El profesor Raikov formaba parte de redes internacionales con los matemáticos más reconocidos de su área.
En Chile organizó varios Encuentros internacionales en Teoría Espectral, Hamiltonianos Magnéticos y Física Matemática. Estas reuniones contaron siempre con la presencia de muchos de los más conocidos investigadores del área, y de esta manera Georgi contribuyó a la internacionalización de la matemática chilena.
Los colegas que tuvieron la oportunidad de intercambiar ideas con él son testigos de la pasión de Georgi por la matemática, y de que ejercía su labor de manera rigurosa y profunda como se puede comprobar en sus publicaciones y en su docencia. Era una persona amable, con un trato humilde y muy generoso al compartir su amplio conocimiento. Como docente, logró impactar fuertemente en sus estudiantes, algunos de los cuales concluyeron con él sus estudios de posgrado. Cuando no desarrollaban sus tareas adecuadamente se los hacía saber en términos fuertes. Habiendo rendido su examen de tesis les explicaba que esta postura era intencional, parte de una actuación, para asegurarse de que entendieran su mensaje. Ellos le agradecen el bien que esto les hizo, y todos los esfuerzos que hizo por su formación. Uno de ellos recuerda con cariño aquella vez en que trabajaron hasta pasada la medianoche en su oficina revisando los últimos detalles de su tesis, ocasión que concluyeron junto a su esposa Lilia con unas buenas empanadas de pino y un abundante racimo de plátanos en medio de la mesa.
Georgi fue siempre respetuoso y deferente. Nos deja un vacío muy grande en la Facultad, donde quedamos con el recuerdo de la felicidad que irradiaba por la oportunidad que tuvo, en este viaje a su país, de conocer al último integrante de su familia, su nieto. Pedimos a Dios le entregue conformidad a su familia y lo reciba con los brazos abiertos.